lunes, 31 de diciembre de 2007

Fin de año

Hola,

Estoy en Londres. Hace unos meses una amiga me ofreció venir a pasar fin de año a su apartamento de Londres y claro, ante la perspectiva de verme cenando en nochevieja con mi madre, mi hermanastro, mi cuñadastra, y el pesado de mi sobrinastro... creo que habría aceptado el ofrecimiento aunque el plan hubiera sido el irnos juntas a la franja de Gaza como escudo humano.

En casa siempre he sido la pequeña y, a pesar de mis venticuatro años, mi hermano y mi madre me siguen tratando como tal. Recuerdo que el año pasado no hizo falta llegar al segundo plato para que yo comenzara a desear abrirme las venas. Con la perspectiva de una insufrible cena y una prolongada sobremesa igualmente insufrible hice lo que siempre suelo hacer en esos casos: comer a toda ostia y encerrarme en mi habitación (la otra opción era echarme directamente a la calle pero, no recuerdo la razón, yo estaba bastante sola por entonces). El caso es que no habían pasado ni cinco minutos desde mi desaparición cuando el pequeño Juanito, el insoportable hijo de mi hermano, comenzó a aporrear la puerta de mi cuarto.

El niño, que además de tonto es bastante obediente, cumplía órdenes de mi madre, que harta de los berridos del crío no tuvo mejor ocurrencia que decirle que se fuera a jugar un rato al cuarto con Beta. Creo que mi madre sigue pensando que cuando me meto en mi habitación es para jugar a las muñecas o algo por el estilo porque suele hacer ese tipo de comentarios absurdos. El caso es que como las navidades son época de regalos y juguetes saqué uno de mis favoritos y se lo mostré al chaval. "¿Y esto qué es?", me preguntó sorprendido. Creo que le contesté que era un cohete espacial o algo así, y que si giraba la rosca de abajo hacía ruido y vibraba como si estuviera a punto de despegar. "¿Ves qué bonito es? -añadí-, pues corre y enséñaselo a mamá". Juanito, que como os he dicho es bastante obediente, corrió orgulloso a enseñarle mi consolador al resto de la familia que rompió en escandalosos gritos. Eso sí el niño no ha vuelto a pisar mi cuarto.

El caso es que ahora son las siete y veinte de la tarde y nos vamos a echar a la calle a recibir el año nuevo rodeadas de londinenses borrachos. A Ella la echo de menos pero pasado mañana estoy de vuelta y pienso resarcirme en cuanto llegue.

Besos y feliz año.

Beta

viernes, 28 de diciembre de 2007

La chica del descansillo

Hola,

Todos sabemos que el día tiene venticuatro horas pero las dos que a mí verdaderamente me interesan son las que van de las ocho y media de la mañana hasta las once menos cuarto. Cada día, a esa hora, Rubén sale de casa camino del trabajo y Ella, que no entra a trabajar hasta las once y media, se queda sola.

Desde que me he convertido en su amante clandestina tengo que poner el despertador... a las siete y media concretamente. A partir de entonces empleo veinte minutos en despertarme y vestirme, y cuarenta más en plantarme frente a su puerta. Los tres primeros días vigilaba las salidas de Rubén desde el bar de enfrente mientras me tomaba un café con leche que me calentara el cuerpo (es un decir). El cuarto día la chica que limpia las escaleras se dejó abierto el portal y yo aproveché para colarme y esconderme en el descansillo del tercer piso, una planta por encima de donde Ella vive. Mientras esperaba la salida de Rubén, el vecino del Tercero C salió de su casa y, al verme sentada en los escalones, me preguntó si necesitaba ayuda. "Sí, pero no tuya" -pense antes de contestar que "no" con esa sonrisa que el amor parece haberme dibujado en la cara-. Luego salió Rubén y, tras oir cómo sus pasos desaparecían del portal, entré yo dispuesta a arrojarme al barro (como le gusta a la Pequeña Ricci).

Ella tiene una mancha de nacimiento de unos tres centímetros en la parte trasera de su muslo derecho y, aunque dice que le da mucha verguenza enseñarla, a mi suele pillarme de camino cada vez que nos vemos. Es como un pequeña isla con forma de cabeza de ratón aunque eso es algo que, según Ella, solo le he dicho yo. "También es verdad -añade- que la gente no suele merodear por esos lugares como tú lo haces". Cuando lo hago, siento sus dedos clavándose en mi cabeza, escucho sus líquidos lamentos y observo el ligero temblor de sus párpados mientras sus ojos funden a blanco. Entonces quiero ser la más puta de todas las mujeres y hago méritos para merecer tal honor... y me importa una mierda lo que la gente piense de mí.

Besos.

Beta

domingo, 23 de diciembre de 2007

De este cuerpecito mio, que se ha convertido en rio

Hola,

En este momento estoy en esa fase en la que cojo el móvil y busco su nombre en la agenda, en esa fase en la que miro su número -que me sé de memoria- y lo tecleo dígito a dígito sin dar finalmente al boton de "llamar". Estoy en esa fase en la que me quedo mirando el teléfono deseando que suene a cada instante, y que sea ella. En esa fase en la que abro y cierro constantemente el correo para ver si me ha escrito. En este momento me encuentro en esa fase en la que busco su casa en google earth y cuando la encuentro me la quedo mirando pensando que ella duerme allí. En esa fase en la que rastreo los sitios a los que va, los lugares por los que se mueve, en la que pienso qué estará haciendo a cada momento, en cómo irá vestida, en con quién hablará.


Quiero que mi teléfono suene como lo hizo el otro día -a las 9:32 exactamente tal y como se refleja en la hora de llamada- y vuelvas a decirme que él ha salido y que tienes una hora antes de irte a trabajar en la que puedes estar conmigo. Y quiero salir corriendo, y llegar corriendo, y besarte corriendo, y desvestirme corriendo, y morderte corriendo y mirarte a los ojos corriendo, y verte temblar, y dar una patada al reloj mientras buscamos una excusa para justificar tu ausencia aunque luego no pueda ser.

Sé que hoy no es posible, que estás en Alicante nochebueneando con tu familia, pero sé que mañana volverás, porque "afortunadamente" en tu trabajo son unos negreros y te hacen trabajar la tarde del día de navidad.

En este momento estoy en esa fase en la que ya esté despierta o dormida, no hago otra cosa que pensar en ti y tengo la sensación de que Bebe me ha compuesto esta canción.



Besos, y no sufrais demasiado esta noche.

Beta

martes, 18 de diciembre de 2007

Shopping

Hola,

Es posible que los tíos, Rubén en éste caso, puedan ganarme en algunas cosas. Yo ni sé tocar el bajo ni tengo un par de glándulas segregando espermatozoides sin parar. Es posible que él también pueda llenar algunos de sus huecos de un modo distinto (no diría mejor, sino distinto) a como lo haría yo. Es posible que pueda montar muebles, pintar paredes o arreglar grifos, cosas todas ellas que yo no sé hacer. Tengo que admitir que si esto fuera una competición habría algunas cosas en las que estoy en desventaja pero el caso es que el pasado lunes Ella me telefoneó alrededor de las doce de la mañana y me preguntó que qué estaba haciendo. "Nada que no pueda esperar", respondí. Se rió. Creo que si se trata de hacerla reír yo llevo ventaja y esa es una ventaja fundamental. "Bueno, es que habíamos salido de compras y Rubén no me ha aguantado más de dos escaparates". No sé cuáles fueron sus palabras exactas pero yo procesé algo así: "Estoy en la Calle Fuencarral, sola, abandonada, y me encantaría que vinieras a acompañarme y que pasáramos el resto de nuestra vida juntas". Ya sé que seguro que no fue eso lo que me dijo pero a mí me pareció que ella era Antonio Banderas en Átame diciéndole a Victoria Abril que estaba solo en la vida, que tenía dos mil pesetas en el bolsillo y que quería ser el padre de sus hijos. "En menos de media hora estoy ahí", grité antes de colgar bruscamente el teléfono y correr a arreglarme como una loca desesperada. No tardé media hora sino 46 minutos exactos aunque juro que fui lo más rápido que pude.

No digo nada nuevo si digo que estaba guapísima. Recorrimos Hortaleza en un sentido y Fuencarral en el contrario. Nos paramos en todos los escaparates y nos probamos cuantas gafas, camisetas, abrigos y zapatos nos apeteció. Somos pobres así que no compramos gran cosa. Luego recorrimos la Gran Vía hasta Callao y de ahí me llevó a un japonés cercano a las descalzas. Si Rubén fuera listo no debería haber desertado de las compras dejándome, además, el camino libre. Se perdió a su chica -que cada día es más mía-, desatando mi libido de probador en probador. Evidentemente ella se dio cuenta y evidentemente lo hizo a propósito. Evidentemente yo hice lo mismo.

Desde Sol hasta su casa hay veinte minutos caminando. Los recorrimos deseando no encontrarnos con Rubén cuando abriéramos la puerta pero no tuvimos suerte. El pareció alegrarse al verme. Yo no puedo decir lo mismo. Ella le contó nuestra jornada y él nos pidió que le hiciéramos un pase de las cuatro cosas que nos habíamos comprado. Nos metimos en el dormitorio para cambiarnos y nos besamos furtivamente. Le susurré lo que estaba deseando. Me contestó que era recíproco.

Ayer nos acostamos. Ahora solo quiero volver a verla.

Besos.

Beta

domingo, 16 de diciembre de 2007

Deseo, peligro

Hola,

Ella tenía el fin de semana bastante ocupado así que me fui a ver la última película de Ang Lee. Luego llamé a Jimena.

Jimena: ¿Qué tal?
Yo: Vengo del cine, de ver "Deseo, Peligro", la última de Ang Lee.
Jimena: ¿Una china, no?
Yo: Sí.
Jimena: Qué valor tienes. Yo me duermo con las pelis de chinos... todos me parecen iguales y al final nunca sé quién es quien.
Yo: Bueno, la peli está bien.
Jimena: Además a mí los chinos me dan un poquito de asco.
Yo: ¿Asco?
Jimena: Sí, con esa uña larga que se dejan.
Yo: Puajjj, no me hables de la uña.
Jimena: No sé, nunca me liaría con un chino.
Yo: En este momento yo tampoco, no se me quita "la uña" de la cabeza.
Jimena: En cambio las chinas... son una de mis pequeñas obsesiones.
Yo: ¿Una obsesión?
Jimena: Sí, nunca me he liado con ninguna china, y estoy segura de que me lo pasaría de puta madre.
Yo: Tienes razón, con todo ese rollo del shiatshu y de la acupuntura... estoy segura de que te tocan en un sitio de la espalda y es como si te estuvieran comiendo el clítoris... "todo estal conectado señolita"
(reímos).
Jimena: Sí, y además parecen tan sumisas...
Yo: ¿Sumisas?
Jimena: Sí... le diría: sí puta, súbete ahí.
Yo: ¿Súbete ahí?
Jimena: Sí, ahí, donde sea
(Jimena se parte de la risa y no me quiere decír qué significa exactamente "súbete ahí"). ¡Qué burra soy!

Jime y yo mantenemos una extraña relación, somos amigas desde hace tiempo y aunque es evidente que sentimos cierta atracción la una por la otra nunca nos hemos acostado. Ella sabe de la vida muchas más cosas que yo y maneja muy bien las situaciones. Tiene una novia preciosa de la que está superenamorada. Me gusta ella y me gusta su novia del mismo modo que a ella le gustamos Ella y yo. Una macedonia vamos.

Besos.

Beta

martes, 11 de diciembre de 2007

Ojos que no ven...

Hola,

El ser humano ve lo que quiere ver. Nos ponen 192 muertos sobre la mesa con una reivindicación islamista de por medio, con detenciones, con terroristas suicidas que explican el qué hicieron y el porqué lo hicieron y somos capaces de pasarnos cuatro años diciendo que sí pero no, que vale pero que ETA tiene que estar detrás de todo eso. Nos ponen un barco partido por la mitad en la costa de la muerte y esparciendo fuel hasta las playas del sur de Francia y podemos decir que bueno, que son hilillos de plastilina o chorradas por el estilo. Vemos lo que queremos ver y nos creemos lo que queremos creernos. Pero yo no quería hablar de política, yo quería hablar de Ella o, en este caso de Él.

Desde hace unas semanas Ella y yo hablamos cada día y cuando no lo hacemos estamos mandándonos sms para preguntarnos qué es lo que estamos haciendo. Desde hace unas semanas Ella y yo nos vemos a menudo. Desde hace unas semanas él se ha dado cuenta de mi interés por estar con Ella. ¿Y cuál ha sido su reacción? Pues según Ella, Rubén, osea él, piensa que yo estoy interesada en él. Según Ella la cosa fue más o menos así:

El: Tu amiga Beta se deja ver mucho ahora ¿no?
Ella: Bueno, es posible.
El: ¿Tiene novio?
Ella: No, no que yo sepa.
El: Si lo tuviera debería empezar a ponerse celoso.
Ella (sorprendida): ¿Y eso?
El: Creo que le molo.
Ella (más sorprendida aún): ¡No!
El: Esa sensación me ha dado.
Ella (intentando contener la risa): Es lo que tenéis los músicos, que os las lleváis a todas de calle.
El: No exageres mujer.
Ella: ¿Y a ti ella que te parece?
El: Bueno, es mona aunque le faltan tetas.
Ella: Le diré que en tu opinión es mona pero con pocas tetas.
El: No serás capaz.



Supongo que cuando me hizo esta foto debió parecerle que estaba completamente colada por él.

Así que ya sabéis, soy mona pero me faltan tetas.

Besos.

Beta

domingo, 9 de diciembre de 2007

Dos + Uno

Hola,

Miércoles por la noche. Escribo un sms.

De Beta a Ella:
Hola guapa, haces algo esta noche?
Enviado 21:12:33 05/12/2007

De Ella a Beta:
Pensaba ir con Rubén a ver REC
Enviado 21:14:01 05/12/2007

De Beta a Ella:
Dónde vais a verla? Lo digo por hacerme la encontradiza.
Enviado 21:20:36 05/12/2007

De Ella a Beta:
En los Renoir del pasadizo a las diez y media. Yo encantada de encontrarte.
Enviado 21:22:14 05/12/2007

(Yo ya he visto la película pero no me importa repetir si eso significa verla a Ella). Les veo bajar las escaleras desde la plaza de los cubos a las diez y veinte. Me hago la despistada hasta que escucho su voz: "¡¡Beta!!". Pongo cara de sorprendida, "¿qué hacéis por aquí?". Dos besos para él, dos besazos para Ella. Rubén contesta que vienen a ver Rec. "¡Qué casualidad! yo también", interpreto. Sacamos las entradas y nos sentamos los tres juntos, Ella en el medio.

Se apagan las luces y empieza la peli. (Atención spoiler) Cuando la vieja le arranca el cuello de un bocado al policía Ella desvía la mirada de la pantalla y me encuentra a mí poniendo caras como si fuera yo a quien hubieran mordido. Me dice que no haga el ganso. Aunque miro la pantalla me interesa más lo que sucede en el reposabrazos. Rozamos las manos y cuando me doy cuenta que él le está sujetando la mano izquierda yo hago lo mismo con la derecha.

Termina la película. Les pregunto qué planes tienen. Rubén responde que se van a ir a dormir porque a la mañana siguiente Ella se va a Alicante. Les pregunto si no van a cenar nada y les propongo tomarnos algo en el VIPS. Ella acepta, él se resigna. Entramos en el VIPS. En la primera mesa de la derecha está sentado Santiago Segura con otro tipo. Rubén no le quita ojo en toda la noche. "Deja de mirarle, se va a dar cuenta", digo. "Éste es como si acabara de llegar del pueblo, no puede resistirse cuando ve a un famoso", explica Ella.

Cenamos sandwiches. El camarero nos pregunta si queremos algo de postre. Ojeamos la carta y él se lanza a pedir un sorbete de mango y frutas del bosque. Ella dice que le apetece una copa de helado de dulce de leche pero que es demasiado grande. Rubén y yo decimos al unísono: "yo la comparto contigo". Ella le dice a Rubén: "Da igual, ya la comparto con Beta, tú tómate el sorbete". Siento que he ganado. Disfrutamos de nuestro helado recubierto de nata y chocolate mientras él se conforma con sus dos desangeladas y bolitas (de helado).

Jueves en el autobús. Escribo un sms.

De Beta a Ella:
No sé que cojones hago yo camino de Barcelona mientras tú estás yendo a Alicante.
Enviado 12:44:13 06/12/2007

De Ella a Beta:
Yo tampoco lo sé.
Enviado 12:45:59 06/12/2007

Besos.

Beta

domingo, 2 de diciembre de 2007

Doble fila

Hola,

Cuando me emborracho hablo sola. Ahora llevo un importante pedo encima. Soy el segundo plato y aunque a veces pienso que eso da igual, que lo importante es formar parte del menú, en el fondo sí que me importa. Tengo que romperle las piernas a un músico delgaducho que toca el bajo en tugurios de tercera (a veces ni de tercera). No quiero seguir teniendo que dormir en doble fila mucho tiempo más. Ya no quiero ser del club de los suicidas. Definitivamente me mudo al de los homicidas.

Hoy estaba guapísima. En cuanto me ha visto ha venido hacia mi. Con solo verla se me ha disparado el corazón. Me ha ido a dar un pico pero yo le he llenado los morros de carmín. Se ha reído y se ha limpiado. Le he dicho que no se molestara, que era pintura indeleble, pero no era verdad. Ni yo soy Florentino Ariza ni son tiempos de cólera pero cualquier día escribiré junto a una de sus ingles que yo soy su única dueña. Luego ha estado bailando con él mientras yo les he odiado. Después ha estado bailando conmigo y me ha quedado claro que me prefiere a mí. La he seguido hasta el baño y nos hemos besado. Cuando me toca se me pone la piel de gallina. Cuando lo pienso, también.


Luego se ha ido y yo he decidido emborracharme. Es por eso que en esta foto falta alguien.

Besos.

Beta